Piel con piel: explicación y beneficios
Los minutos inmediatamente posteriores al parto son momentos de gran emoción y significado para una madre. Es, en ese instante maravilloso, cuando se puede experimentar el contacto piel con piel con el recién nacido por primera vez.
Este contacto íntimo y cercano entre la madre y su bebé genera una conexión muy especial; la madre puede sentir el calor y la suavidad de su bebé, escuchar su respiración delicada y observar cómo se establece un lazo único y profundo entre ambos. El contacto piel con piel es una práctica ampliamente recomendada por organizaciones de salud y maternidad, pero ¿en qué consiste esta práctica?
¿Qué es el contacto piel con piel?
El contacto piel con piel es una práctica que implica colocar al recién nacido desnudo sobre el pecho, desnudo también, de su madre o padre, generando un contacto directo entre sus pieles. Se recomienda llevarla a cabo poco después del parto y también durante los primeros días o semanas de vida del bebé.
Como hemos comentado, es una técnica recomendada por numerosas organizaciones de salud, ya que brinda múltiples beneficios para el bebé y los padres. Por ello, desde Gabis hemos recopilado ciertos puntos clave y recomendaciones que cualquier madre o padre debe conocer.
¿Cuáles son los beneficios del contacto piel con piel para el bebé?
Esta práctica aporta numerosos beneficios tanto para el bebé como para los padres.
En primer lugar, para el bebé, el contacto piel con piel promueve la regulación de la temperatura corporal, ya que el calor del cuerpo de la madre o del padre ayuda a mantener al recién nacido cálido y cómodo en sus primeros días de vida.
Además, este contacto íntimo y cercano ayuda a estabilizar sus niveles de azúcar en sangre, lo cual es especialmente beneficioso para los bebés prematuros. Asimismo, facilita su respiración, ya que su ritmo respiratorio se sincroniza con el de sus padres, lo que puede ayudar a reducir la incidencia de apnea y mejorar la función pulmonar.
Por otra parte, esta práctica da sensación de seguridad y consuelo a los recién nacidos. Al estar en contacto directo con el cuerpo de su madre o de su padre, se sienten tranquilos y protegidos, lo que ayuda a reducir el llanto y las señales de malestar. Asimismo, favorece un mejor sueño. La calidez y el ritmo respiratorio y cardíaco de la madre o el padre brindan una sensación de familiaridad y seguridad al recién nacido, lo que puede facilitar la transición hacia un sueño más tranquilo y reparador.
Además de los beneficios físicos, el contacto piel con piel fortalece el vínculo emocional entre el bebé y sus progenitores. Durante estos momentos de intimidad, se estimula la liberación de hormonas como la oxitocina, conocida como la "hormona del amor", tanto en la madre como en el padre. Esta hormona favorece el apego, la sensación de bienestar y la conexión emocional entre los padres y su bebé. Asimismo, promueve la lactancia materna, ya que el recién nacido tiene un acceso más directo al pecho y se establece una mayor estimulación de la succión y la producción de leche.
¿Cuáles son los beneficios del contacto piel con piel para la madre?
Para los padres, el contacto piel con piel también proporciona numerosos beneficios.
En primer lugar, fomenta una sensación de cercanía, calma y tranquilidad que fortalece el vínculo emocional con su hijo. Al tener a su bebé desnudo sobre su pecho, pueden sentir su suavidad, su calor y su fragilidad, lo que genera una profunda conexión y un sentimiento de amor y protección. Este contacto íntimo les permite experimentar la maravilla y la magia de la vida que acaban de traer al mundo.
Además de fortalecer el vínculo emocional, el contacto piel con piel puede tener un impacto positivo en el bienestar de los padres. Durante estos momentos de intimidad, se liberan endorfinas y se reduce la producción de hormonas del estrés, lo que ayuda a reducir la intranquilidad y ansiedad que los padres pueden experimentar en los primeros días después del parto. Sentir la respiración y los latidos del corazón de su niño o niña les brinda un sentimiento de calma y paz interior, permitiéndoles relajarse y disfrutar plenamente de la experiencia de ser padres.
Además, como hemos comentado, el contacto piel con piel favorece la lactancia materna. Por una parte, porque esta práctica estimula la liberación de la hormona prolactina, que desempeña un papel crucial en la producción de leche materna. Por otra parte, la cercanía física y el estímulo sensorial de la boca del bebé en el pecho de la madre ayudan a establecer una lactancia exitosa y a promover una producción adecuada de leche. Este contacto íntimo y la facilidad para amamantar fortalecen el vínculo entre la madre y el recién nacido, fomentando una relación nutritiva y satisfactoria.
¿Todos los bebés pueden hacer piel con piel?
En general, se recomienda que todos los bebés tengan la oportunidad de experimentar el contacto piel con piel con sus padres poco después de su nacimiento.
Sin embargo, hay algunos casos en los que este contacto puede requerir precauciones adicionales o puede no ser posible de inmediato. Por ejemplo, en situaciones médicas complicadas, como cuando el recién nacido necesita atención médica inmediata o está en una unidad de cuidados intensivos, puede haber restricciones o limitaciones en cuanto al contacto piel con piel. En estos casos, los profesionales médicos evaluarán la situación individualmente y determinarán cuándo es seguro y apropiado realizar el contacto piel con piel.
Además, algunos bebés pueden tener condiciones de salud específicas que requieran atención especial antes de poder realizar esta práctica. En cualquier caso, es importante consultar con el personal médico y seguir sus recomendaciones específicas para garantizar la seguridad y el bienestar tanto del bebé como de la madre o el padre. Como siempre, cada caso es único, y se debe priorizar la salud y el cuidado adecuado del recién nacido en todo momento.
¿Debemos tomar alguna precaución durante el tiempo que hagamos piel con piel con nuestro bebé?
Durante el tiempo que realices el contacto piel con piel con tu bebé, es importante tomar algunas precauciones para garantizar la seguridad y comodidad de ambos.
Aquí te ofrecemos algunas recomendaciones:
- Preparación del entorno: asegúrate de que la habitación esté cálida y libre de corrientes de aire para ayudar a mantener la temperatura del recién nacido.
- No uses accesorios: es conveniente retirar objetos o accesorios que puedan ser incómodos o peligrosos durante el contacto como pulseras, colgantes, anillos o pendientes.
- Limpieza e higiene: asegúrate de tener las manos limpias antes de realizar el contacto piel con piel. Si es necesario, puedes usar un desinfectante de manos. Si el bebé ha tenido algún procedimiento médico, consulta con el personal médico sobre las precauciones adicionales de higiene que debes tomar.
- Posición cómoda: encuentra una posición cómoda para ti y tu bebé durante el contacto. Puedes usar almohadas o cojines para apoyar tus brazos y espalda, lo que te ayudará a mantener una postura relajada y evitar la tensión muscular.
- Vigilancia constante: durante el contacto piel con piel, mantén una atención constante a tu bebé. Observa su respiración y asegúrate de que esté cómodo y seguro en tu pecho. Siempre mantén una mano cerca del bebé para brindarle apoyo adicional.
- Duración y descanso: el contacto piel con piel puede ser beneficioso durante períodos prolongados, pero también es importante que tanto los padres como el bebé descansen y se recuperen adecuadamente. Siéntete libre de interrumpir el contacto piel con piel si necesitas descansar o atender otras necesidades.
Recuerda que cada parto y cada bebé es único, por lo que es importante estar atento a las señales del recién nacido y ajustar el contacto piel con piel según sea necesario y siempre que tengas alguna preocupación o pregunta, no dudes en consultar con tu profesional médico o de salud.